martes, 30 de julio de 2013

Había una vez

Había una vez, un niño llamado Sueño, que viví­a en el lugar más hermoso del universo. Sueño anhelaba crecer y conocer otros mundos.

Sueño se la pasaba por allá en lo alto, por las nubes jugando y jugando todo el día. Una vez Sueño se dió cuenta que él no crecía como crecí­an sus amigos, además empezó a sentirse muy débil y poco a poco perdió sus ganas de jugar.

Un gran día, llegó un mensajero que llevaba consigo un maletí­n muy especial que contení­a alimentos para así­ fortalecer y hacer crecer a Sueño. Desde el mismo instante en que aquel mensajero llegó, Sueño empezó a sentirse mejor y mejor, ya que cada dí­a aquel mensajero lo alimentaba con aquellos manjares. Muchos caldos de constancia con fuerza, platos muy nutritivos de voluntad y trabajo, postres hechos a base de paciencia, fantásticos jugos hechos con decisión y lo más importante; tratándolo con mucha confianza.

Sueño creció y creció, y dejé de ser Sueño para convertirse en META y, claro que siguió jugando pero ya no por las nubes, sino aquí­ en la tierra. Cada vez más conoció otros mundos; mundos como la felicidad y la satisfacción y un dí­a no muy lejano, Meta dejó de ser Meta y se transformó en REALIDAD!!!

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