Un docente no compra sonrisas, las dibuja.
Un docente no empuja a sus alumnos al conocimiento, los lleva de la mano.
Un docente no vende, sino que regala su saber, por el simple placer de que otros aprendan.
Un docente no abre las puertas de un simple salón de clases, abre las puertas a la vida.
Un docente no deja margen a lo inexorable, lo transforma en posible.
Un docente jamás se rinde…
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