La verdad es la fibra fuerte que sostiene el discurso de nuestra vida. Expresarnos con sinceridad, es la mejor manera si tenemos el cuidado de meditar.... "¿Cómo dígo lo que digo?".
Puedo decir lo que pienso y lo que siento, siempre. Lo que no puedo es utilizar esa verdad como campo de batalla o como un palo para pegar en la realidad de las personas.
La mentira no es buen camino, siempre termina en un laberinto, si la misma creatividad con que se diseña un engaño, la utilizamos para decir la verdad sin agredir y llegaremos al mejor puerto.
La trama sincera la tejemos con honestidad, autenticidad, cuidado y nos sostiene con fuerza en un mundo difícil.
Cuando hemos tejido la vida con sinceridad, entrelazada a la coherencia y la honestidad, seguro la trama adulta es fuerte, protectora, cálida, fácil de compartir y sencilla para disfrutar.
La mentira contamina, el engaño oscurece, la hipocresía enferma, no son buenas herramientas para construír una vida saludable
A decir lo que pensamos de buen modo y con sencillez..
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