Ser abuelo es una de las experiencias más maravillosas que la vida puede regalar a una persona. Jugar con un niño a quien se reconoce como propio, porque forma parte de nuestra descendencia, es algo que lleva mucho de aventura y agrega un sabor “especial” al diario vivir.
Un nieto hace renacer en los abuelos el espíritu del niño que llevan dentro, pero que no habían recordado desde hacía mucho tiempo. Al despertar ese espíritu, los hace ver lo maravilloso de una mariposa o el color cambiante de una burbuja de jabón.
A través de los ojos de un niño que lleva la sangre del los hijos y la propia, se ven cosas olvidadas de la infancia, que jamás se creyó que permanecían en la memoria. De pronto se sabe de nuevo cachar una pelota, brincar al bebeleche o simplemente hacer “voces” para representar a los personajes de un cuento.
La maravilla con que los niños descubren las cosas nuevas, hace comprender a los adultos que se han pasado por alto muchos dones que se tienen alrededor y que por descuido, no se han apreciado lo suficiente.
Los abuelos son casi siempre muy hábiles para encontrar dulces en cualquier lado: sobre las ramas de un árbol, debajo de un cuadro o de la manga de la camisa del nieto.
En casa de los abuelos, los nietos son los que mandan, allí se puede comer chocolates antes que la sopa, aunque mamá se moleste, y si no se quiere ir a la cama temprano, se puede prolongar el día un poco más.
Mis nietos creen que soy la cosa mas vieja del mundo. Y después de dos o tres horas con ellos, yo también lo creo”
"Mi abuelo era un gigante de hombre.....cuando entró la tierra tembló, cuando se echó a reír los pájaros cayeron de los arboles, su cabello se prendió fuego al sol, sus ojos eran trozos de cielo"
Los abuelos son una deliciosa mezcla de risa, el cuidado en su definición máxima, historias maravillosas y el amor, aunque para mi tú eres aún más que eso.
Un abuelo es una persona con plata en el pelo y el oro en su generación.
Uno de los apretones de manos más poderosos y maravillosos es la de un nieto bebé alrededor del dedo de un abuelo.
Todos necesitamos un abuelo para para crecer más seguros en el mundo.
Dejar los deportes por ver dibujos es verdadero amor de abuelo.
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