Cuando los navegantes del viejo mundo partieron de su puerto a conquistar otras tierras, jamás pensaron en las consecuencias de esas travesía. Su ejército era el más respetado de esa época, en esas tierras. Cuando hubieron desembarcado en las costas de las nuevas tierras que se disponían a conquistar, el capitán se dio cuenta rápidamente que el enemigo triplicaba sus fuerzas. Su tripulación comenzó a sentir la desesperanza que bajaba en forma de sudor frío por sus cuerpos, rápidamente perdieron la fe y querían regresar.
El capitán, sin embargo, mandó quemar todas sus naves, y mientras las mismas ardían reunió a su tripulación en la costa y les dijo:
Señores, ya no hay manera de regresar con nuestras naves, sólo nos queda luchar y vencer, será la única manera en que podremos regresar a nuestros hogares, en los barcos de nuestros enemigos.
Cuántas veces en nuestras vidas, perdemos la fe, nos embarga el temor y la inseguridad. Cuántas veces al estar aferrados a lo “seguro” nos hace renunciar a éxitos mayores, cuántas veces lo estable, nos niega la posibilidad de cambios y con ellos de superación. Cuántas veces por temor, nos conformamos con lo que hemos logrado y renunciamos a la posibilidad de conquistar mucho más. Cuántas veces la seguridad se nos convierte en mediocridad y monotonía. Si uno es constante y persevera, todo lo puede lograr.
El amor y la fe nos dan las fuerzas suficientes para que podamos obrar realmente milagros en nuestras vidas. Tu puedes triunfar, si tomas las riendas de aquél que se resignó y fracasó. Tu éxito puede comenzar donde los demás fracasan.
Ninguna meta será demasiado si avanzas decidido por el sendero correcto, teniendo en claro tus objetivos.
En aquella oportunidad el capitán y su tripulación, pudieron vencer a su enemigo y regresaron a sus hogares a bordo de las naves conquistadas.
Los mejores hombres, no son aquellos que esperan plácidamente que las oportunidades pasen por sus narices, sino aquellos que salen a buscarla, quienes las han asediado y conquistado. La conquista puede ser cualquier cosa que anheles, un amor, un trabajo, sabiduría, lo que tú te propongas, porque todo está a tu alcance.
Debes tener en firme los objetivos a alcanzar, sólo necesitarás decisión, coraje, trabajar duro y ser tenaz, tener fe, luchar, no rendirse, y nunca mirar hacia atrás...
me resulta agradable poder escucharte cada mediodia por la radio...siempre valore tus relatos, tu toque distinto en palabras, en frase, dentro del futbol. pero ahora: estar en otro camino dentro del periodismo y mostrar una calidez, humildad y una manera de ser tan autentica me llena...felicitaciones. guadalupe.barrio ciudadela
ResponderEliminarque lindo lo que lees.me gustan tus textos.
ResponderEliminarsofia
no dejes de leernos cosas nunca maestro.
ResponderEliminarte felicito por como lees cada historia. eso nos hace sentir mas cada palabra.
nando.rincon