jueves, 4 de junio de 2015

No busco alguien....

No busco alguien que me quiera eternamente, pero sí que en el ratito que lo haga de su vida lo haga bien.
Ni siquiera mucho. No busco que su vida gire en torno a mí, pero sí ser su primer pensamiento al despertar. Al acostarse nunca, porque espero estar ahí, a su lado.
en el último parpadeo que tenga en su día. Que si sueña conmigo, le parezca mediocre comparado con la realidad vivida.
Que no le importe que le haga esperar, tampoco que tenga mi vida fuera de ella, pero que tenga siempre claro que en cualquier sitio que esté le dedicaré dos minutos de pensamiento, nunca más de dos, porque entonces ya mi vida, no sería vida. Y ya una vez pasé por ello, y el querer mucho nunca sale bien.
Es difícil querer en cierta medida a alguien, siempre llegamos a un punto en el que el amor se vuelve obsesión, queremos ser dueños de esa persona, cuando no hay nada más bonito que el que esa persona pueda elegir y que siempre te elija a ti.
Que nunca dude que le deseo en todo momento, pero que tampoco me tenga seguro. Cuando estamos seguros de algo o de alguien deja de tener la misma importancia. Somos así de absurdos.
Cada día debe ser una conquista nueva, un nuevo cruce de miradas, un primer beso, una primera sonrisa tímida, un primer roce que te deje la piel de gallina y con ganas de decir que no pare, que no pare nunca…
Tampoco quiero que me confunda con un hombre que solo se mira en el espejo pero que se derrita cuando me ve. no hay nada más gratificante que presuman de ti, por supuesto, pero también que te disfruten a solas, sin nada más que un pijama, o ni siquiera eso.
Tampoco quiero que sea correcta en todos los aspectos de su vida, yo ni muchísimo menos lo soy… no podría estar con alguien al que le falte un poco de locura, un poco de “eso no se puede hacer”, un poco de romper las normas… pero que cuando tenga que tener cabeza, la tenga por los dos.
Y ni falta hace decir, que no quiero ser padre de nadie… Nunca lo he sido y dudo mucho que sepa serlo sin parecer el malo de cualquier cuento de Disney. Simplemente quiero que cuando se equivoque yo no tenga que decírselo, ni mucho menos quiero que me pida perdón… nunca, solo, que sea capaz de corregirlo.
Para terminar, y ser un poquito más sincero de lo que ya he sido, debo decir, que soy el rey de las mayores cagadas en lo que a relaciones se refiere, que se me ha tachado desde frío y no decir nunca ni media palabra de cariño, hasta obsesivo y llamar a todas horas solo por saber con quién estaba y celoso hasta decir basta; bueno...este soy yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario