jueves, 16 de junio de 2016

Otra vez salí a caminar

Otra vez salí a caminar, me senté a recordar lo triste de las pérdidas, lo mucho que uno se esfuerza por conservar todo, el ánimo por ejemplo y… Es tan fácil perderlo, y tan difícil recuperarlo.
Muchas veces nos ponemos a pensar por qué las cosas se ponen tan difíciles, cuantas veces he dicho: “¿por qué a mí?”. Hoy sentada en la plaza de siempre, me dí cuenta de cuánta gente ya no se preocupa por otros, sólo por sí mismos, todos caminaban, algunos iban y otros venían nadie se detenía a verme, a nadie le importaba que estuviera con mis ojos llenos de lágrimas, nadie se detuvo a peguntarme que me sucedía, mas todos seguían sus caminos…
Iban a sus trabajos, quizá a su casa, yo lloraba y ellos con el seño rígido sin mirar a los lados sólo hacia delante, quizás en sus cabezas había preocupaciones quizás no.
Después de mucho pensar regresé a casa y me di cuenta que sólo yo podía ayudar a que mi animo mejorara… Desde esa tarde me quedo en casa, ya no voy a las plazas a llorar, prácticamente casi no lloro porque por fin me di cuenta que más allá de una discusión o el trabajo, o lo que sea que pueda hacer que me ponga mal, no es tan importante.
Descubrí que hay un mundo afuera y uno dentro mío, que nada ni nadie puede lastimarme si yo no lo deseo, aprendí que la única forma de estar bien es dejar que las heridas cicatricen solas, todo tiene su tiempo y… Nada es tan terrible como para perder la cabeza por ello, toda lo malo que te pueda ocurrir debes recordar que siempre dejará una enseñanza en ti…
Sólo trata de no volver a cometer el mismo error... Levántate cada mañana y sonríe porque es la única forma de que tu día empiece bien…

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