Cuando comprendemos que lo que nos enoja, nos irrita demasiado, es nuestra SOMBRA, son nuestros aspectos no integrados, no aceptados de nosotros mismos, es sólo allí cuando el enojo desaparece y los vínculos se transforman...
¿Que pasa con mis juicios cuando me enoja que me juzguen?
¿Que pasa con mis mentiras cuando me enoja que me mientan?
¿Que pasa con mi agresividad cuando me duele que otro sea agresivo?
¿Que pasa con mis miedos o inseguridades cuando me molesta que el otro sea temeroso?
¿Que pasa con mis caprichos cuando siento que el otro es desconsiderado o hace lo que quiere?
Aceptar estas cosas en mi, no justifica el accionar del otro, pero si me permite trascender la situación, ver otra salida, y NO REACCIONAR.
Ser reactivos nos deja exhaustos, amargados, culposos luego, alimenta la lucha de poder, quien tiene razón?
Cuando comenzamos a ser CONSCIENTES de nuestra oscuridad, empezamos a no ser juzgados, ni maltratados, ni engañados, ni humillados...LO QUE ES AFUERA ES ADENTRO.
Como el crecimiento mismo, es una practica lenta y continua, perseverante, día a día hay una oportunidad para hacerlo.
Les comparto este texto para ampliar!
Lic. Alejandra Anzaudo.
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